No existe el crimen perfecto sino malos investigadores, no te conviertas en uno de ellos y unete a nosotros en la lucha contra el crimen.... Que no quede ningun caso impune.

lunes, 11 de julio de 2011

INTRODUCCION A LA TECNICA DE PERFILACION CRIMINAL.

Para determinar el tipo de agresores desconocidos, hunde sus raíces en la criminología, en la psiquiatría, psicología y en las ciencias forenses (psicología forense). En todas sus diferentes formas, siempre ha tenido el objetivo de inferir características delictivas para la investigación criminal o para determinar ciertos hechos en la sala de justicia. Lo que ha variado ha sido el fundamento, los hechos considerados para realizar tales inferencias.


Los profesionales que se han encargado de practicar el perfil criminal han incluido históricamente un espectro numeroso de investigadores, científicos del comportamiento, de las ciencias sociales y expertos forenses. Su contribución se ha dirigido a reducir el número de los posibles sospechosos, ayudar a vincular diferentes casos criminales, y a desarrollar nuevas líneas de investigación en casos no resueltos o que están “atascados” o “congelados”. (cold case)


El término offender profiling (“perfil del delincuente”) fue creado por los agentes del FBI en el centro de entrenamiento de Quántico (Virginia Oeste) en los años 70, para describir la técnica de describir el comportamiento y características probables del autor desconocido de un asesinato.


El primer caso que se conoce es el de Susan Jaeger, una niña que desapareció en 1973 en el estado de Montana, y a la que la policía llevaba más de medio año buscando infructuosamente. Había sido secuestrada mientras dormía en su tienda de campaña, haciendo camping con sus padres. Siete meses más tarde apareció muerta en un bosque cercano, gravemente mutilada (Canter, 1994).


“La geografía es importante en el estudio del crimen y su investigación. Veamos algunos de los elementos geográficos relacionados con el concepto de “distancia”.


El perfil geográfico en la perfilación criminal.
El método de transporte de un delincuente que no cuenta con un medio de transporte particular se ve más limitado en sus acciones. Su zona de seguridad o de comodidad (psicológicamente confortable) se ceñirá a las rutas que conoce por sus actividades rutinarias, donde en lo fundamental se incluye su casa, su lugar de trabajo y los sitios de ocio a los que asiste. (Rutina)
El interés o lugar de destino (motivación de destino) y los diferentes caminos que le permiten lograr el cometido. Todos tenemos nuestras preferencias cuando se trata de elegir una ruta para ir a un sitio. El atractivo del paisaje es una razón, otra es el estado de la carretera, o lo que podamos ganar en tiempo si elegimos ir por un sitio.
Conocimiento del camino; el ir por un sitio que conocemos produce seguridad. Un delincuente se siente más confiado si elige una zona que conoce bien para vigilar a sus posibles víctimas, y donde, eventualmente, pueda esconderse para agredirlas y luego abandonar el cadáver en caso de un homicidio.
Número y tipo de obstáculos; Las barreras geográficas influyen sobre el camino a elegir, así como los puntos donde alguien podría esperar que haya controles Carabineros o de la Policía civil.
Rutas alternativas; si existen unas pocas rutas importantes en una ciudad o comunidad, un delincuente aprenderá rápidamente a valorar las diferentes opciones que cada una le ofrece para sus actividades criminales. Si este número aumenta, la investigación se complica, porque intervienen otros factores en su elección, como el riesgo de ser detectado o la rapidez con la que es posible huir.
Mapas mentales; todos tenemos un “mapa mental”, es decir, una imagen cognitiva de los lugares de nuestro ambiente que hemos ido elaborando mediante nuestras actividades diarias y otras experiencias, junto a nuestra casa, el lugar de trabajo, zonas de comercio y ocio, etcétera. La idea central de estos mapas cognitivos es que los delincuentes también generan sus imágenes mentales de acuerdo a sus actividades rutinarias.


La Escena del Crimen en el criminal profiling.
Las características de la escena del crimen son los elementos distintivos de un escenario criminal, puestos en evidencia por las decisiones de comportamiento del delincuente con respecto a la ubicación de la víctima y del delito, y su subsiguiente significado para el delincuente.


La investigación de la escena del crimen es el corazón del método de trabajo del profiling.


Se basa en el mismo principio de toda investigación criminal: cuando un criminal interacciona con una víctima, hay algo de él que se transfiere a ella o al resto del escenario, así como del escenario o la víctima hacia él. Es el famoso principio de Locard, uno de los grandes nombres de la ciencia forense. En el caso de los psicólogos forenses, se tiene por objeto de análisis primario las huellas psicológicas o de la conducta y el comportamiento observable, deducible o posible de inferir.


El Modus Operandi (Instrumental) del perfil criminológico.
Objeto: Proteger la identidad del delincuente y sostener la impunidad de sus actos: Ello se logra llevando un pasamontañas en la cabeza, guantes, matando a un posible testigo del crimen, cubriendo los ojos de una víctima de violación, etcétera.


Consumar con éxito la agresión: (Estrategias varias) llevando una cuerdas para inmovilizar a la víctima, portando un arma para intimidarla, buscando un lugar donde nadie pueda ver el “asalto”, etcétera. Facilitar la huida tras la agresión: Por ejemplo, mediante el uso y selección de un vehículo, inmovilizando a la víctima para que no pida ayuda hasta pasado un cierto tiempo, etcétera.

La Victimología para la perfilación criminal.
La víctima es la última persona en “presenciar” el crimen. Si logra sobrevivir, la información que puede proporcionar es muy relevante; si fallece, son los hechos de la escena del crimen los que deben de narrar la historia. En cualquier caso, el perfilador o profiler debe averiguar todo lo que pueda acerca de las personas agredidas, porque se trata de una parte esencial dentro del criminal profiling.


A continuación se presentan los elementos necesarios que se deben considerar:


1.-‐ Rasgos físicos


2.-‐Relaciones afectivas (estado marital)


Perfiles criminales de agresores desconocidos


3.-‐ Estilo de vida.


4.-‐ Profesión, Holmes y Holmes (2002).


5.-‐ Educación.


6.-‐ Datos del vecindario.


7.-‐ Historia psiquiátrica y penal.


8.-‐ Historia sexual y social (estilo de vida)


9.-‐Historia médica.


10.-‐Últimas actividades Fuente: Holmes y Holmes (2002)


Modalidades de Muerte
¿Natural? ¿Accidental? ¿Suicidio? ¿Homicidio? R: Una modalidad de muerte se determina Mediante la relación entre la posibilidad de ser víctima (índice de victimización) y los otros elementos del Profiling.


La Firma (Más expresiva que instrumental)


En general, la palabra “firma” se emplea para describir los aspectos distintivos de las conductas realizadas por los delincuentes que sirven sus emociones psicológicas y emocionales. De acuerdo a Douglas y Olshaker (1995, p. 69), la firma “describe el elemento único [del delincuente] y su compulsión personal, el cual permanece estático. Por ello es distinguible del tradicional concepto del modus operandi, que es fluido y cambia”.


Existen dos partes separadas pero interdependientes en esta definición. En primer lugar, está el aspecto general de la firma. Este aspecto general representa los temas emocionales o psicológicos que el delincuente satisface cuando comete el delito. Estos incluyen, entre otros, los siguientes tipos de motivos: lucro; ira, venganza; ganar confianza, experimentación; deseo de afirmarse, de arrogarse el derecho de algo; y el sadismo.


El tema general de la firma se refiere, por consiguiente, al motivo del crimen. La segunda parte de la firma del delincuente la comprenden los aspectos que son manifestados por las conductas de esa firma. Las conductas de la firma son esos actos cometidos por un delincuente que no son necesarios para cometer el delito, están demás, pero que denotan necesidades emocionales o psicológicas del delincuente, es decir, denotan una motivación o necesidad de compensación psicopatológica.
El Motivo o la Motivación Delictual en el Criminal Profiling.
Para Turvey, un motivo es un conjunto de necesidades emocionales, psicológicas y materiales que impelen a una conducta a realizarse con objeto de satisfacer tales necesidades. Si bien no es necesario establecer la motivación del delincuente para que resulte condenado por los tribunales, esa falta es un error de la investigación criminal, o al menos un aspecto de la misma que permanece incompleto. Establecer la motivación del delincuente presenta una serie de ventajas para el equipo de investigación:
Reduce el grupo de sospechosos a aquellos sujetos con un motivo concreto.
Ayuda a vincular diferentes delitos con un motivo semejante.
Junto con otra evidencia de la investigación, establecer el motivo puede proporcionar una orientación sobre la identidad del delincuente.
Junto con otra evidencia de la investigación, establecer el motivo puede proporcionar una orientación sobre el estado mental del delincuente.
En otros casos, el motivo puede ayudar a determinar si de hecho un crimen determinado ha ocurrido realmente (por ejemplo, cuando no aparece el cuerpo de alguien que puede haber sido asesinado, o — en otro ejemplo— establecer la posibilidad de un suicidio).

Modus Operandi y la firma.


La mayoría de las escenas de crimen cuentas una historia. Y como la mayoría de las historias, las escenas del crimen tienen personajes, un conflicto, un comienzo, un nudo, esperanzadamente una conclusión. Sin embargo, en contraste con autores que dirigen a sus lectores a un final predeterminado, la disposición final de una escena de crimen depende en los investigadores a los que se les delegó el caso. Las habilidades de los investigadores para analizar la escena del crimen y para determinar quién, qué, cómo, y porqué gobiernan cómo se desarrolla la historia de la escena.
Para asegurarse un final satisfactorio, eso es, la aprehensión y prosecución del ofensor del crimen violento, los investigadores deben darse cuenta que el final depende de su análisis en las dinámicas del comportamiento humano. Patrones de discurso, estilos de escritura, gestos verbales y no verbales, y otros tratos y patrones dan forma al comportamiento humano. Estas características individuales trabajan en concierto para causar que cada persona actúe, reaccione, funcione, o se realice en una forma única y específica. El comportamiento individualista generalmente se mantiene consistente, sin importar la actividad que se realiza.
Ya que el cometimiento de un crimen violento involucra todas las dinámicas del comportamiento humano “normal”, aprendiendo a reconocer las manifestaciones de los patrones de comportamiento permiten al investigador descubrir mucho más sobre el ofensor. También provee un medio por el cual los investigadores pueden distinguir entre diferentes ofensores cometiendo el mismo tipo de ofensa.
Hay tres manifestaciones posibles de comportamiento del ofensor en una escena de crimen -- modus operandi, firma o personificación, y escenario. Este artículo indica cada una de estas manifestaciones a fin de demostrar la importancia de analizar una escena en términos de comportamiento humano.

 M O D U S · O P E R A N D I
En 1989, Nathaniel Code, Jr., un hombre de Shreveport, Louisiana, fue convicto de asesinato. El jurado determinó que en tres ocasiones separadas entre 1984 y 1987, Code asesinó un total de 8 personas. El jurado dio un veredicto de culpable, más allá de algunas disparidades que existían entre las 3 escenas del crimen.
Por ejemplo, el ofensor amordazó a la primera víctima con un pedazo de material obtenido en la escena, pero trajo cinta conductora para usar en las 7 víctimas de los otros 2 incidentes. También, el asesino apuñaló y cortó a la primera víctima mientras que las víctimas de los otros 2 crímenes fueron disparadas y mostraban señales de estrangulación por ligadura. Las víctimas iban de 8 años a 74 años e incluían ambos sexos; de todas formas, todos eran negros. Y, el ofensor tomó dinero de una escena pero no de las otras dos.
Considerando la evidencia encontrada en las 3 escenas, ¿se puede conectar a un hombre con todos los crímenes? ¿Esas diferencias de modus operandi (M.O.), que son las acciones del ofensor al cometer el crimen, y victimología (características de las víctimas) no eliminarían la conexión a un ofensor?
Al intentar unir casos, el M.O tiene un gran significado. Un paso crítico en el análisis de la escena del crimen es la correlación resultante que conecta cosas debido a similitudes en M.O. Pero, ¿qué causa que un ofensor cometa un cierto M.O? ¿Qué circunstancias le dan forma al M.O? ¿Es el M.O estático o dinámico?
Desafortunadamente, los investigadores cometen un serio error al poner demasiada significancia en el M.O al vincular crímenes. Por ejemplo, un ladrón Novato destruye la ventana de un sótano cerrado para ganar acceso a una casa. Temiendo que el sonido de la ventana rota atrajera la atención, corre en su búsqueda de cosas valiosas. Más tarde, durante robos subsecuentes, trae herramientas para forzar las cerraduras, lo que minimizaría el ruido. Esto le permite tener más tiempo para cometer el crimen y obtener más beneficios.
Como mostrado, el ladrón refinó sus técnicas de irrupción y entrada para disminuir el riesgo de aprensión y para incrementar sus beneficios. Esto demuestra que el M.O es un comportamiento aprendido que es dinámico y maleable. Desarrollado durante el tiempo, el M.O evoluciona continuamente mientras los ofensores ganan experiencia y confianza.
La encarcelación generalmente impacta en los futuros M.O de los ofensores, especialmente en los criminales de carrera. Refinan sus M.O mientras aprenden de sus errors que los llevaron al arresto.
La respuesta de la víctima también influencia significativamente en la evolución del M.O. Si un violador tiene problemas en controlar a una víctima, modificará su M.O para acomodar la resistencia. Puede usar cinta conductora, otras ligaduras, o un arma sobre la víctima. O, puede incapacitar inmediatamente a la víctima. Si tales medidas no son efectivas,  puede probar con mayor violencia o inclusive matar a la víctima. Así, los ofensores continuamente le dan nueva forma a sus M.O para llegar a las demandas del crimen.
En el caso de Nathanial Code, el M.O. y victimología solos hubieran fallado en vincularlo con cada uno de los homicidios. Pero Code dejó mas que cinta conductora, cuerpos con heridas de bala y gargantas cortadas en las escenas; dejó su “tarjeta”. Los investigadores encontraron su “tarjeta” o firma en cada escena, y por esto, pudieron vincularlo con las ofensas.

L A · F I R M A
 El ofensor violento y repetitivo a menudo exhibe otro elemento del comportamiento criminal durante la escena – la firma o “tarjeta”. Esta conducta criminal es única e una parte integral del comportamiento del ofensor y va por debajo de las acciones necesarias para cometer el crimen.
Las fantasías de los ofensores a menudo dan nacimiento de crímenes violentos. Mientras sueñan despiertos, desarrollan una necesidad de expresar estas fantasías violentas. Cuando finalmente las realizan, algún aspecto de cada crimen demuestra una expresión o ritual único y personal. Cuando éste realiza un ritual en la escena del crimen, deja su “tarjeta personal” allí.
¿Cómo manifiestan las escenas estas “tarjetas personales” o firmas? Básicamente, las escenas revelan características peculiares o cosas inusuales que ocurren mientras se está cometiendo el crimen.
Por ejemplo, un violador demuestra su firma al hacer su acto de dominación, manipulación o control durante la fase verbal, física o sexual del asalto. El uso de vocabulario excepcionalmente vulgar o abusiva, o el preparar un libreto para que la víctima repita, representa una firma verbal. Cuando el violador prepara un libreto para la víctima, dicta una respuesta verbal particular para ella, tal como “Dime cuanto disfrutas el sexo conmigo”, o “Dime que bueno que soy”.
El uso excesivo de fuerza física muestra otro aspecto de la firma de un sujeto. Un ejemplo de comportamiento de firma sexual involucra al ofensor que repetidamente utiliza un orden específico en la actividad sexual con diferentes víctimas.
La firma permanece constante y es parte de cada ofensor. Y, a diferencia del M.O, nunca cambia. Sin embargo, la firma puede evolucionar, como en el caso de un asesino lujurioso que realiza mayor mutilación post mortem mientras progresa  de crimen en crimen. Los elementos del ritual original se vuelven más desarrollados. En adición, la firma no siempre se presenta en todos los crímenes ya que pueden haber contingencias inesperadas, tales como interrupciones o respuestas de la víctima inesperadas.
Es posible que el investigador no siempre pueda identificar las firmas. Las ofensas violentas generalmente involucran víctimas de alto riesgo o en estado de descomposición, lo que complica el reconocimiento de la firma de un ofensor.

¿M O D U S · O P E R A N D I · O · F I R M A ?
Los siguientes escenarios son ficticios. Son usados para mostrar las diferencias entre el M.O y la firma.
Un violador entra a una residencia y toma cautivos a una mujer y a su esposo. El ofensor ordena al marido a acostarse boca abajo en el piso y pone una taza sobre un plato en su espalda. Le dice, “Si escucha que la taza se mueve o golpea el piso, tu esposa muere.” El ofensor luego toma a la esposa y la lleva a la otra habitación donde la viola.
En otra situación, un violador entra en una casa, le ordena a la mujer que llame al marido por teléfono, y le dice que use algún plan para que vaya para allá. Una vez que el esposo ha llegado, el violador lo ata a una silla y lo fuerza a ver el asalto a su esposa.
El violador que uso la taza y plato desarrolló un modus operandi efectivo para controlar al marido. Sin embargo, el otro violador fue más allá de cometer la violación. Satisfajo sus fantasías completamente al no solo violar a la mujer sino también humillando y dominando al marido. Sus necesidades personales lo llevaron a realizar esta firma del crimen.
En Michigan, un ladrón de bancos hace que la gente se desnude durante el robo. En Texas, otro ladrón de bancos también fuerza a que se desnuden, pero también hace que posen en forma sexualmente provocativa mientras los fotografía. ¿Los dos crímenes muestran una firma?
El ladrón de Michigan usó un medio muy efectivo de aumentar su tiempo de fuga, i.e., causando que la gente tenga que vestirse antes de llamar a la policía. Al ser entrevistados, ofrecieron descripciones vagas porque al sentirse avergonzados previnieron el contacto visual con el ladrón. Este ofensor desarrolló un M.O muy ingenioso.
De todas formas, el ladrón de Texas fue más allá de la acción requerida para cometer su crimen exitosamente. Se sintió impulsado a realizar el ritual de requerir a la gente que pose para poder fotografiarlos. Dejó su firma en el crimen. El hecho de robar el banco en sí mismo no gratificaba sus necesidades psicosexuales.

V I N C U L A N D O · C A S O S
Al intenta vincular casos, el M.O juega un rol importante. Sin embargo, como declarado anteriormente, el M.O no debería ser el único criterio usado para conectar crímenes, especialmente con ofensores repetidos que alteran su M.O a través de la experiencia de aprendizaje. Generalmente, las primeras ofensas difieren considerablemente de las subsecuentes. De todas formas, la firma permanece igual, sin importar si la primera ofensa o una hecha 10 años más tarde. El ritual puede evolucionar, pero el tema permanece constante.
La firma debería recibir mas consideración que las similitudes entre víctimas, aunque estas nunca deben ser descontadas al intentar vincular casos a un ofensor serial. Las similitudes físicas de las víctimas a menudo no son importantes, especialmente al vincular casos motivados por el enojo. El ofensor expresa su odio a través de los rituales, no atacando a una víctima que posee una característica particular.

CASOS VINCULADOS POR LA FIRMA DEL OFENSOR
Ronnie Shelton: Violador serial
Ronnie Shelton cometió tanto como 50 violaciones. Cuando fue condenado por 28 de ellos, recibió un sentencia a prisión en exceso de 1,000 años. 1 Tanto su comunicación verbal como su manifestación sexual manifestaban su firma.
Verbalmente, Shelton era excepcionalmente degradante y excepcionalmente vulgar. En adición, haría comentarios tales como “Te he visto con tu novio,” “Te he visto por los alrededores,” o “Tu sabes quien soy.” Pensamientos de Shelton rondando sus barrios aterrorizaba a las víctimas.
De todas formas, era el asalto sexual mismo el que ocupaba la posición central en el ritual de Shelton. Violaba a sus víctimas vaginalmente, luego se retiraba y eyaculaba sobre su estómago o pecho. Shelton también se masturbaba frecuentemente sobre las víctimas o entre sus pechos o las forzaba a masturbarlo manualmente. Luego, utilizaría su ropa para limpiar la eyaculación. También forzó a varias de sus víctimas a tener sexo oral con él y luego insistía en que se tragaran la eyaculación. La combinación de estos actos mostraban la firma de Shelton.
El M.O de Shelton consistía en irrumpir en la casa de sus víctimas a través de una ventana o patio que miraran a un área de madera o arbustos que le ofrecieran refugio. Usaba máscaras de ski, o una bufanda. Convencía a las víctimas de que no estaba ahí para violarlas sino para robarles. Sin embargo, cuando tenía a la víctima bajo control, volvía al estilo de violación. La víctima obedecía porque había visto que era propenso para la violencia en sus acciones anteriores, tales como tirarla en el piso y sostener un cuchillo en su garganta. En adición, Shelton les diría las víctimas, "Mantené los ajos hacia abajo," "Cúbrete los ojos," o "No me mires y no te mataré (lastimaré a tus hijos)." Antes de irse, intimidaría verbalmente con advertencias tales como “No llame a la policía o volveré y te mataré.” Estas características sirvieron como el M.O de Shelton, mientras que sus acciones anteriores fueron su firma que lo vinculaban con 28 asaltos sexuales.

Nathaniel Code: Asesino Serial
Nathaniel Code, Jr., mató ocho veces en tres ocasiones separadas . El primer homicidio, una mujer de 25 años, ocurrió el 8 de agosto de 1984. Code la apuñaló 9 veces en el pecho y le cortó la garganta.

Aproximadamente un año después, el 19 de Julio de 1985, Code mató a cuatro personas – una chica de 15 años y su madre, y dos de sus amigos varones.  Approximately a year later, on July 19, 1985, Code killed four people--a 15-year-old girl, her mother, and two of their male friends. Code casi  separó la cabeza de la chica de su cuerpo. Asfixió a la madre y la envolvió a un lado de la bañera. Luego le disparó a la cabeza de uno de los chicos, dejándolo en un cuarto intermedio; el otro chico, que estaba en el cuarto del frente, fue disparado 2 veces y le cortó la garganta.
Los últimos asesinatos se llevaron a cabo el 5 de agosto de 1987. Las víctimas fueron los abuelos de Code y sus sobrinos de 8 y 12 años. Los niños murieron por estrangulación por ligadura. Code apuñaló a su abuelo 5 veces en el pecho y 7 veces en la espalda.
Los cambios en el M.O de Code, exhibidos de caso en caso, muestra como el M.O es refinado. Por ejemplo, en su primer asesinato, amordazó a la víctima con material encontrado en la escena; la próxima vez, llevó cinta conductora.
También mantenía a sus víctimas bajo vigilancia para obtener información de ellas, especialmente en los segundos asesinatos. En ese caso, llevó un arma a la escena para matar a los varones, que presentaban la mayor amenaza para él. Ya que las últimas víctimas, un hombre anciano y dos niños, presentaban poca amenaza para él, Code no utilizó un arma con ellos. Los 8 asesinatos ocurrieron en casas de familia. En cada casa, los aires acondicionados y/o televisores estaban prendidos, que ahogaban el sonido mientras entraba por la puerta o ventana. Code ganaba y mantenía rápidamente el control sobre las víctimas separándolas en distintos cuartos.
Nathaniel Code tenía una “tarjeta personal” muy distintiva, uno de los aspectos en los que las víctimas eran heridas. Code empleaba un método muy sangriento de ataque y asesinato. Podría haber matado a cada víctima con un simple balazo – un homicidio limpio involucrando muy poco alboroto. En cambio, mató a sus víctimas cortándoles la garganta con un movimiento que resultaba en heridas profundas. Más allá de lo brutal, el ataque no satisfacía su ritual; todas las víctimas sostenían heridas adicionales; con excepción de la chica de 15 años. Una víctima varón sufrió heridas de bala en el pecho, mientras otro recibía apuñaladas múltiples en el pecho. Code hería a casi todas las víctimas más allá de lo que era necesario para causar la muerte (sobremataba).
La violencia física y la matanza sangrienta satisfacía la necesidad de dominación, control y manipulación de Code. Posicionaba a cada víctima mirando hacia abajo, lo que apoya su teoría. Code inclusive forzó a la madre a testificar la muerte de su hija como parte del ritual de control, que se formaba a partir de su rabia. De hecho, las pruebas forenses encontraron sangre de la hija en el vestido de la madre. Si la respuesta de la víctima amenazaba su sentido de dominación, Code reaccionaba con furia y violencia excesiva que lo llevaba a la matanza.
El ultimo aspecto de la firma de los crímenes de Code es probablemente el que mejor ilustra su “tarjeta” única – las ligaduras. Code usaba tanto una configuración como un material inusual. En los tres casos, ató a las víctimas con aplicaciones eléctricas o cables telefónicos de la escena. Podría haber llevado una soga o usado su cinta, pero el uso de estos cordeles satisfacía algunas necesidades personales. Usando un estilo de configuración de esposas, ataba el cordel alrededor de ambas muñecas y tobillos, conectándolos por las piernas.
Las similitudes de estos casos involucra el M.O, no la firma. El uso de un arma con hombres amenazantes revela un ofensor adaptativo. Para el momento del homicidio del abuelo, le afectaron estresantes financieros adicionales, evidenciados por el robo de dinero de la residencia de su abuelo. Estas necesidades financieras influenciaron el M.O de Code y no su “tarjeta”.
Las características físicas, el edad, e inclusive el sexo no aumenta o disminuye el ritual llevado por la furia. El ritual de Code de odio requería el control de las víctimas, por lo que la victimología no era importante. Coode, al igual que Ronnie Shelton, el violador serial, seleccionaba víctimas que pudiera controlar, manipular, y en los que proyectaba su odio.

L A · I M P O R T A N C I A · D E · LA · F I R M A · D E L · O F E N S O R
Comprender y reconocer los aspectos de la firma en la aprensión y persecución de un ofensor es vital, especialmente en un ofensor serial. Nadie aprecia la importancia de reconocer de “tarjeta personal” del criminal más que David Vasquez.
En 1984, Vasquez se declaró culpable del asesinato de una mujer de 34 años de Arlington, Virginia. La mujer fue sexualmente asaltada y murió de estrangulación por ligadura. El asesino la dejó acostada boca abajo con sus manos atadas en su espalda. Usó nudos únicos y ataduras excesivas en las ligaduras, y una guía salía de sus muñecas hacia el cuello por sobre el hombro izquierdo. El cuerpo estaba abiertamente expuesto para que el shock del encuentro fuera de valor.
El ofensor pasó tiempo considerable en la escena del crimen. Hizo preparaciones extensivas para atar a la víctima, permitiendo su fácil control sobre ella. Sus necesidades dictaban que la moviera por la casa. Aparentemente inclusive la llevó al baño y la hizo lavarse los dientes. Ninguno de estos comportamientos es necesario para perpetrar el crimen; el ofensor se sintió impulsado a actuar este ritual.
Vasquez tenía un I.Q. de frontera. Pensando que esto haría difícil probar su inocencia, sus abogados lo convencieron de que probablemente recibiría la pena de muerte si iba a juicio. En cambio, Vasquez optó por la cadena perpetua declarándose culpable.
Tres años mas tarde, en 1987, la policía descubrió una mujer de 44 años acostada boca abajo desnuda en su cama. Una soga le ataba las muñecas por detrás de la espalda, y posaba por alrededor del cuello de forma apretada con un nudo corredizo en la espalda. Continuaba sobre su hombro izquierdo, por debajo de la espalda, y luego daba 3 vueltas a cada muñeca. Los forenses revelaron que murió por estrangulación por ligadura, y que había sido sexualmente asaltada. El ofensor dejó el cuerpo plenamente expuesto. Aparentemente había pasado una cantidad de tiempo considerable en la escena. Este homicidio ocurrió a cuatro cuadras del asesinato de 1984.
David Vasquez había sido encarcelado 3 años cuando sucedió el homicidio de 1987. En la proclama del Departamento de Policía de Arlington, Virginia, el Centro nacional para el Análisis de Crímenes Violentos (NCAVC por sus siglas en inglés) condujo un análisis extensivo de estos dos asesinatos, una serie de asaltos sexuales, y algunos otros asesinatos entre 1984 y 1987. Eventualmente, el VNAVC vinculó estas ofensas por el aspecto análogo de la firma a otro sospechoso local. La evidencia física corroboró más tarde esta conexión y determinó que la “tarjeta” dejada en el homicidio de 1984 no pertenecía a David Vasquez. Como resultado de lo encontrado, el Commonwealth de Virginia liberó a Vasquez de la prisión y lo exoneró del crimen.

E L · E S C E N A R I O
Cuando los investigadores se aproximan a la escena del crimen, deberían buscar “pistas” del comportamiento dejadas por el ofensor. Esto es cuando el investigador intenta encontrar respuestas a preguntas críticas. ¿Cómo sucedió el encuentro entre la víctima y el ofensor? ¿El ofensor habrá avasallado (blitz) a la víctima o usado los medio verbales para capturarla (con)? ¿Usó ligaduras para controlar a la víctima? ¿Cuál fue la consecuencia de los eventos? ¿Fue la víctima sexualmente asaltada antes o después de la muerte? ¿Puso el ofensor algún ítem en la escena o sacó algo de allí?
Mientras los investigadores analizan la escena del crimen, hechos pueden surgir. Estos detalles pueden contener peculiaridades que no sirven para ningún propósito aparente en la perpetración del crimen y oscurecen el importante motivo del crimen. Esta confusión puede ser el resultado de un comportamiento de la escena del crimen llamada “staging” o poner un escenario. Esto ocurre cuando alguien altera la escena a propósito antes de la llegada de la policía.

Razones para poner un escenario
Principalmente, se pone un escenario por dos rezones – para desviar la investigación del sospechoso más lógico o para proteger a la familia de la/s víctima/s. Es el ofensor quien trata de re direccionar la investigaciones. Este ofensor no se le aparece a la víctima, sino es alguien que casi siempre tiene algún tipo de asociación o relación con la víctima. Esta persona, cuando está en contacto con la Agencia Policial, intentará alejar la investigación de él, generalmente siendo sobre cooperativo o extremadamente distraído. Por esto, los investigadores nunca deben eliminar al sospechoso que tiene tal comportamiento.
La segunda razón para preparar un escenario, para proteger a la víctima o al  familia de la víctima, ocurre en la mayor cantidad de veces en violaciones-asesinatos o fatalidades autoeróticas. Este tipo de escenario es realizado por un miembro de la familia o persona que encuentra el cuerpo. Ya que los perpetradores de tales crímenes dejan a sus víctimas en posiciones degradantes, aquellos que encuentran los cuerpos intentan devolverles algo de dignidad. Por ejemplo, un marido puede volver a vestir o tapar el cuerpo de su mujer, o en caso de una fatalidad autoerótica, una mujer puede cortar el dispositivo suspendido del cuerpo del marido.
Básicamente, éstas personas están tratando de prevenir un shock futuro que puede provocar la posición, la vestimenta, o condición de la víctima. En adición, pondrán un escenario en las fatalidades autoeróticas para que parezca suicidio, quizás inclusive escribiendo una nota de suicidio. Hasta pueden llegar tan lejos como para hacerlo pasar por homicidio.
Para ambos tipos de investigación de escena de crimen, las fatalidades autoeróticas y los casos de violación-homicidio, los investigadores necesitan obtener una descripción precisa de las condiciones del cuerpo al ser encontrado y determinar exactamente que hizo la persona que encontró el cuerpo para alterarlo. El escudrinaje en las pericias forenses, la dinámica de la escena del crimen, y la victimología probablemente revelarán las verdaderas circunstancias rodeando las muertes.
Finalmente, en algunas escenas, los investigadores deben discernir si la escena es realmente desorganizada o si el ofensor la alteró para parecer sin cuidado y fortuita. Esta determinación no solo ayuda  al análisis directo del motivo principal pero también ayuda a armar el perfil del ofensor. De todas formas, el reconocimiento del escenario, especialmente con un ofensor sutil, puede ser difícil. Los investigadores deben examinar todos los factores del crimen si sospechan que ha sido alterado. Aquí es cuando la ciencia forense, la victimología, y los detalles de cada minuto de la escena se convierten en críticos para la determinación de si hubo un escenario armado.

"Banderas rojas"
Los ofensores que arman escenarios en las escenas usualmente cometen errores porque arreglan la escena para reflejar lo que ellos creen que debería verse. Al hacer esto, los ofensores experimentan un gran estado de estrés y no tienen el tiempo de analizar todas las piezas de forma lógica. Como resultado, comenzarán a aparecer inconsistencias en las pericias forenses y en toda la escena. Estas inconsistencias pueden servir como las “banderas rojas” del escenario, lo que sirve para prevenir que las investigaciones se desvíen.
Para asegurarse de que esto no suceda, los investigadores deberán escudriñar todos loa indicadores de la escena individualmente, luego verlos en contexto. Los indicadores en la escena incluyen toda la evidencia de la actividad del ofensor, Ej., método de entrada, la interacción entre el ofensor y la víctima, y la disposición del cuerpo.
Al explorar estos temas, los investigadores deberán considerar algunos factores. Por ejemplo, si el motivo aparente es un robo, se ha llevado el ofensor objetos inapropiados de la escena? En un caso enviado por al Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos (NCAVC), un hombre volviendo a casa del trabajo interrumpió un robo en progreso. Los ladrones asombrados mataron al hombre cuando intentó escapar. Pero, un inventario de la escena determinó que los ofensores no robaron nada, aunque parecía que hubieran intentado desmantelar un gran estero y una televisión.
Una examinación más profunda reveló que dejaron ítems pequeños, fáciles de transportar de gran valor (joyería, colección de monedas, etc). La policía determinó subsecuentemente que la esposa de la víctima había pagado a los ladrones para armar la escena y mataran al esposo. Ella, de hecho , tenía una aventura con uno de los sospechosos .
Otro factor para considerar es el punto de entrada. ¿Tenía el punto de entrada sentido? Por ejemplo, ¿ entró el ofensor a la casa a través de  una ventada secundaria, más allá de haber una más fácil, menos capciosa que pudiera haber usado? ¿Por qué incrementó el ofensor su chance de ser visto por un potencial testigo que podría alertar a las autoridades?
Los investigadores también deberán considerar si el ofensor se expuso a un alto riesgo al cometer en crimen durante la luz del día, en un área poblada. Si el crimen se llevó a cabo en una residencia, también deberán evaluar cualquier signo obvio de ocupación, como luces prendidas en la casa, vehículos en la calle, etc.

Caso de un escenario Armado
El siguiente caso trae luz a algunas “banderas rojas” que los investigadores deberían mirar en una escena.
Una mañana de sábado, en una pequeña cuidad del noreste, un intruso desconocido atacó a una hombre y su mujer. Poniendo una escalera contra la casa, el sospechosos hizo parecer que había entrado a una ventana secundaria, removido el vidrio, y entrado a la residencia. Todos esto ocurrió en una zona residencial durante horas en las que los vecinos estaban haciendo sus actividades de fin de semana.
El esposo dijo haber escuchado un sonido abajo, así que fue con un arma a investigar. Hubo una lucha con el intruso, en la que el esposo quedó inconsciente de un disparo en la cabeza.
Presumiblemente, el intruso subió las escaleras y mató a la mujer por estrangulación manual. Dejó el cuerpo con una bata de noche subida alrededor de la cintura de la víctima, implicando que abusó de ella sexualmente. La hija de 5 años de la pareja permaneció sin heridas, durmiendo en el cuarto contiguo.
Al procesar la escena, los detectives notaron que la escalera no hizo ninguna impresión en el suelo húmedo alrededor de la casa, aunque las hizo cuando intentaron subirla. También, el intruso posicionó la escalera con los escalones mirando hacia afuera, y muchos de los escalones en la escalera de madera estaban podridos, haciendo imposible que soporte a nadie de más de 50 libras.
En adición, la escena del crimen tenía interrogantes que no podían ser respondidos de forma lógica. ¿Por qué no eligió el ofensor entrar a la residencia a través de la ventana primaria para disminuir la posibilidad de detección tanto de los ocupantes como de los vecinos? ¿Por qué querría robar la residencia un sábado por la mañana cuando había una buena chance de que lo vieran? ¿Por qué eligió una residencia que estaba obviamente ocupada (habían varios autos en la entrada)?
Dentro de la residencia, otras inconsistencias parecían aparentes. Por ejemplo, si la intención era asesinato, el intruso no buscó a su(s) víctima(s) inmediatamente, primero bajó las escaleras. Tampoco vino equipado para matar porque, de acuerdo con lo dicho por el único testigo, el esposo, nunca sacó un arma. También, la persona que presentaba la mayor amenaza, el esposo, recibió sólo heridas menores.
Al analizar la escena, que mostraba una actividad excesiva del ofensor, se hizo aparente que no habían motivos claros para el crimen. Por esto, basados en la cantidad de inconsistencias encontradas en la escena, el analista criminal del NCAVC concluyó que el esposo armó el escenario para hacer aparente el trabajo de un intruso. Fue eventualmente convicto por el asesinato de su esposa.

·        “Banderas Rojas” Forenses
Los resultados forenses que no encajan en el crimen también deben producir la consideración de un armado de escenario. Los asaltos personales deberían traer sospechas, especialmente si la obtención de algo material parece ser el motivo inicial. Estos asaltos incluyen el uso de un arma de oportunidad, estrangulación manual o por ligadura, golpes en la cara (despersonalización), y trauma excesivo para conseguir la muerte (sobre-matanza). En otras palabras, ¿las heridas encajan en el crimen?
Los homicidios sexuales y domésticos usualmente demuestran un asalto de relación muy cercana. La víctima, no dinero o propiedad, es el objetivo principal del ofensor. De todas formas, este tipo de ofensor generalmente intentará armar un escenario para parecer que un homicidio sexual o doméstico haya sido motivado por una ganancia personal. Esto no implica que los asaltos personales nunca pasen durante un crimen por propiedad, pero generalmente estos ofensores prefieren matanzas rápidas y limpias que reducen tiempo pasado en la escena.
Las banderas rojas forenses también son levantadas cuando hay discrepancias entre lo declarado por el testigo/sobreviviente y los resultados forenses. Por ejemplo, en un caso, una mujer asombrada encontró a su esposo en la bañera con el agua corriendo. Inicialmente, parecía que se hubiera resbalado y golpeado la cabeza contra las canillas, lo que resultó en su muerte por ahogo. Sin embargo, los informes toxicológicos de la autopsia revelaron varias áreas concentradas de heridas o puntos de impacto en la cabeza, como si la víctima su hubiera golpeado la cabeza más de una vez.
Subsecuentemente, los investigadores se enteraron que la esposa había estado con la víctima en la noche previa a su muerte. Más tarde confesó haber servido la ensalada de la cena con valium, y cuando se desmayó dejó entrar a tres hombres a la casa. Estos hombres habían sido contratados por la esposa para matar a la víctima y hacerlo ver como un accidente. 
A menudo, los investigadores encontrarán discrepancias forenses cuando el ofensor arma un escenario de violación-homicidio, esto es, posicionar el cuerpo para inferir asalto sexual. Y si el ofensor tiene una íntima relación con la víctima, sacará parcialmente la ropa de la víctima, nunca dejándola completamente desnuda. Sin embargo, más allá de la posición del cuerpo y la falta de algunas prendas de vestir, una autopsia puede confirmar o refutar si hubo algún tipo de asalto sexual, por lo tanto, determinar si la escena fue armada.
Si los investigadores sospechan que un crimen ha sido armado, deberían buscar signos de asociación entre el ofensor y la victima. O, como es frecuente el caso con violencia doméstica, el involucramiento de una tercera persona, que es generalmente quien encuentra a la víctima. Por ejemplo, en el caso involucrando al marido que armó la escena de su esposa para hacerlo ver como hecho por un intruso, el marido no fue a ver a su esposa ni hija en el momento en que volvió a la conciencia. En cambio, permaneció abajo y llamó a su hermano, que fue arriba y descubrió a la victima. Los ofensores a menudo manipularán el descubrimiento de las víctimas por un vecino o familiar, o convenientemente están en algún otro lugar cuando la víctima es descubierta.

Perfil psicológico criminal - Caso: "La asesina de ancianas"


        En este punto del trabajo se va a tratar un caso real del que puede ser el último caso de asesino en serie de España. El objetivo de este apartado es realizar un perfil psicológico criminal de este asesino a partir de la información aparecida en los diferentes medios de comunicación.
Esta claro que las condiciones en las que se va a realizar este perfil no son metodológicamente correctas ya que no podemos hacer una evaluación de la escena del crimen, no podemos acceder a datos de la investigación forense, mucha de la información que usamos puede estar sesgada, ser errónea o incompleta. En cualquier caso, el perfil criminológico siempre tiene como enemigo la ausencia de información en mayor o menor grado.
 No obstante el objetivo es ver cómo se podría trabajar con los datos que tenemos para realizar un perfil.

EL CASO:
(ANEXO I).El 10 de Junio de 2006 aparece muerta en su casa de Barcelona, con signos de violencia, una anciana de 83 años. El 27 y 30 de Junio vuelven a aparecer, en la misma ciudad, otras dos ancianas muertas en similares circunstancias.
Las muertes se producen por un golpe en la cabeza y estrangulamiento. Parece que el robo no es el móvil, es más, parece que no hay más móvil que las simples muertes.
El 3 de Julio es atacada en su domicilio de Barcelona una anciana que quedó inconsciente tras un golpe en la cabeza y un intento de estrangulamiento.
Por todo esto la policía cree estar delante de un caso de asesinatos en serie.

EL PERFIL.
Este caso se cuenta con dos factores que son muy propicios para hacer un perfil, el primero es que contamos con una víctima con vida, la cual puede darnos muchas pistas sobre el criminal. El segundo es que la policía cuenta con una fotografía de una cámara de seguridad en la que se ve a una sospechosa acompañando a una de las víctimas.
Este datos nos aportan información sobre el sexo, raza, edad y características físicas del criminal, mujer, raza blanca, entre 40 y 50 años, complexión fuerte, pelo negro y corto, 1,60 cm. de altura, española.
Si no contáramos con estos datos y nos guiáramos del método inductivo, las estadísticas no dirían que sería un hombre, más del 80% de los asesinos en serie son hombre, de raza blanca (los asesinos en serie suelen elegir a víctimas de su misma raza), de entre 30 y 50 años. En este caso, al elegir a víctimas indefensas como ancianas, los datos nos dicen que suelen ser víctimas frecuentemente elegidas por asesinas en serie, el que los crímenes no tengan connotaciones sexuales también es una características que apunta a que el sospechoso puede ser mujer.
 La escena del crimen nos habla de un asesino organizado, no deja huellas y sus actos requieren planificación, no hay signos de impulsividad ni de mucha violencia. Nada parece reflejar que haya deterioro debido a enfermedad mental, por lo cual buscamos a un sociópata.
En el modus operandi, el asesino ha elegido víctimas fáciles, ancianas que viven solas, no se quiere arriesgar, a una de sus víctimas la ha dejado con vida, lo que quiere decir que es un asesino novato, no tiene muy conseguida aún su forma de matar. El golpe en la cabeza le sirve para reducir a la víctima, luego usa una toalla o les tapa la boca para asfixiarla. No usa armas, quiere sentir la muerte cerca, quiere sentir el poder que tiene sobre esa persona. Busca la muerte, saben que las víctimas la pueden reconocer, no les tapa lo ojos, no lleva la cabeza cubierta porque la víctima le deja pasar a su casa. Este es un hecho importante, la puerta no está forzada, la entrada en la casa se hace con consentimiento de la víctima, lo que indica que es una persona con buena apariencia, ha sabido ganarse la confianza de su víctima, posiblemente le haya ofrecido ayuda (Jose A. Rodriguez Vega entraba en casa de las ancianas ofreciéndoles ayudas para realizarles trabajos de albañilería). Es por tanto una persona simpática, sociable, posiblemente trabaje de cara al público. Optar por personas que viven solas requiere una planificación, vigilancia, acecho a la víctima, seguimiento, búsqueda de información. Esta operativa lleva tiempo, los asesinatos les han salido muy bien (excepto en la parte de matar), habría que buscar otros casos de ataques en domicilios tiempo atrás por las mismas zonas para evaluar si han podido ser realizados por esta misma persona en sus primeros actos.
Los crímenes se están produciendo con muy poco intervalos de tiempo entre ellos, solo días, no hay casi fase de enfriamiento en este asesino, está viviendo mucho estrés y ansiedad, sus fantasías ya no le valen y va a seguir matando. Habría que buscar a una persona que en los últimos meses haya sufrido algún suceso estresante como que le hayan echado del trabajo, separado... No se dispone de información pero posiblemente cada vez actúe con más violencia.
Parece que el robo no es el móvil, solo se lleva algunas cosas, posiblemente trofeos para posteriormente recordar el crimen y volver a revivirlo.
Respecto al perfil geográfico podemos decir que actúan en una zona muy concreta de la ciudad, estamos hablando de que sus delitos se comenten en 3 barrios cercanos entre si. El asesino vivirá en esa misma zona, se mueve andando o en medios de transportes, dado la cercanía entre los crímenes no parece posible que use un coche.
Los asesinatos se realizan en fines de semana, posiblemente entre semana tenga un trabajo que no le permita ausentarse. Si se descubre que ha habido casos anteriores posiblemente podremos asegurar de que vive solo o al menos con alguien al que no le da explicaciones de donde pasa el tiempo y qué hace los fines de semana.
La firma nos habla de engaño, el fin perseguido es acabar con la vida de esa persona, no hay ira, no hay tortura, estamos antes una persona que se gana la confianza de una persona, posiblemente se muestre muy amable, quizás oiga las quejas de la anciana y se muestre comprensiva, luego las mata rápidamente, no quiere su cuerpo, no le interesa mucho la persona en sí misma, no la manipula una vez muerta, no la agrede sexualmente, ni siquiera usa armas o algún kit de violencia, todo es muy rápido, una vez que quiere cortar la relación que tiene con su víctima, la mata rápidamente.
Sería muy importante entrevistar a la superviviente y ver de qué estuvieron hablando. En este caso, lo que el asesino quiere expresar no se refleja en lo que le hace al cuerpo de su víctima pero puede que sí esté reflejado en cómo es la relación con su víctima antes de matarla, si no es en lo que le hace, quizás sea en lo que le dice.
Sería interesante saber por la víctima superviviente si cuando la empieza a asfixiar la víctima está consciente o sigue inconsciente por el golpe en la cabeza. Creo que será la primera opción. Cuando decide acabar con ella, quiere sentir la muerte, se sienta sobre ella y le tapa, posiblemente le mire a los ojos y perciba como su respiración se va apagando, como se va, posiblemente eso sea lo que le excite. Si está inconsciente sería muy difícil saber cuando está muerta. Si quisiera matarla sin más, no usaría dos técnicas, con los golpes serían suficientes para matarla, no tendría que recurrir al estrangulamiento. Es estrangulamiento es típico de aquellos asesinos que quieren controlar y saborear como poco a poco van matando a sus víctimas, algunas veces, cuando están a punto de morir les deja respirar otra vez para que quede claro que él tiene el poder sobre la vida y la muerte de su presa.

LA SOSPECHOSA.
(ANEXO III). El 5 de Julio de 2006 se detiene a la sospechosa Remedios S. S, nacida en la Coruña y residente en el norte de Barcelona, en una zona limítrofe entre el barrio de Nou Barris, Sant Martí y Sant Andreu. Tiene 49 años y fue detenida tras salir de un salón recreativo en el que, según las noticias, habría usado la tarjeta de crédito de una víctima. Trabaja de cocinera en un bar.
Se la considera presunta asesina de dos muertes y un intento de asesinato, aunque también se la relaciona con otra anciana hallada muerta el pasado 10 de Junio y otras cinco agresiones sobre mujeres de entre 70 y 87 años en domicilios de Sant Andreu (2), Gràcia y Ciutat Vella.
Remedios era miembro de una familia numerosa con una situación económicamente precaria, lo que hizo que a los 16 años se trasladara a Barcelona para mejorar su situación. Se casó, tuvo 2 hijos gemelos y tras veinte años de matrimonio se separa y sus hijos se quedan con el padre. Tuvo más tarde una relación tortuosa que le llevó a acabar a un hogar de acogida, dos meses antes de los hechos se produce una tercera ruptura.
Según vecinos y conocidos, era una mujer normal, un poco introvertida pero nadie podía esperarse que fuera la autora de los crímenes. Además de los problemas de pareja, al parecer Remedios es ludópata y en algunas ocasiones ha tratado de mostrar una imagen de triunfo y éxito en su vida que nada tenía que ver con la realidad.
 En el registro de su casa aparecen muchos objetos presuntamente robados en las casas de sus víctimas. Por los objetos encontrados se descarta el móvil del robo, pero se llega a la conclusión de que posiblemente haya más víctimas.
Desde su arresto, Remedios S.S. se niega a declarar y es ingresada en prisión en la Unidad de Psiquiatría. Continúa el secreto del sumario.

REFLEXIÓN.
La infancia de Remedios es dura, hermana de 11 varones, tiene que cambiar su vida de un pueblo pequeño a la gran ciudad de Barcelona para intentar huir de la pobreza. A pesar de estar rodeadas de varones durante su vida, las relaciones amorosas con éstos parece que no funcionan. Tras 20 años de matrimonio se separa y los hijos, a diferencia de la mayoría de los casos, prefieren irse con el padre. Luego otras dos rupturas amorosas. Hay indicios de malos tratos en algunas de estas relaciones.
En lo económico parece que tampoco se ve muy agraciada, tiene que trabajar en varios sitios para acabar pagando sola la hipoteca de su casa.
Se refleja un sentimiento de inferioridad y baja autoestima en varios casos en lo que engaña a conocidos tratando de aparentar que posee más de lo que tiene. Todos estos factores provocan una ansiedad y estrés que posiblemente estén detrás de su adicción al juego.
Es fría emocionalmente, no siente remordimientos y ni se inmuta cuando sirve los desayunos a los policías y clientes que comentan las muertes. Embauca y engaña para mostrar la imagen que quiere que vean los demás, cuando la descubren guarda silencio. Perfil típico del sociópata.
El estrés provocado por el problema económico que le estaba ocasionando la ludopatía, junto con su última separación pudieron ser los factores desencadenantes de los crímenes. Coinciden en el tiempo.
Remedios busca salir de la miseria, si no puede con las tragaperras lo intenta al menos fantaseando sobre lo que podría haber conseguido si la vida le hubiera sonreído.
¿Las ancianas son unas víctimas fáciles o tienen algún significado?. Las casas no son desvalijadas, se roba algo de dinero pero no es ese el fin. ¿Una persona que necesita dinero no mataría para robar?. Quizá la muerte sea el único móvil, no interesa el dinero de la víctima solo la víctima en sí misma, en lo que representa. Sin más datos sería presuntuoso aventurarse a describir este significado, pero en mi opinión la muerte de las víctimas tienen un valor para el asesino, le da poder, pueden decidir sobre la vida y la muerte, un poder que ha conocido y que posiblemente sea igual o más adictivo que el que da el juego. Una mujer anciana es una presa fácil, pero quizá sea algo más, quizá represente una madre o en lo que una se puede convertir, una mujer que acabará vieja, sola y que no merece ni la pena robar. Quiere destruir este presagio de futuro con la muerte de cada anciana pero al poco tiempo conocerá otra anciana, una que le recuerde a ella, a su madre, una con la que llegue a tener confianza y le cuente su vida, una vida que quizás sea desgraciadamente muy parecida a la de ella y vuelva a tener que hacerlo.

ANEXO 1
4 de julio de 2006, 15h20. EUROPA PRESS
Una anciana fue atacada anoche en su domicilio de Barcelona cuando estaba sola, en lo que podría ser otro acto de la presunta asesina que ya ha matado a otras tres ancianas en menos de un mes. Sin embargo, en esta ocasión la víctima ha sobrevivido.
Según avanzó la Cadena SER, antes de las 23 horas de ayer una mujer, presuntamente la sospechosa, de entre 45 y 55 años, entró en un piso del número 85 de la calle Urgell, en el barrio del Eixample --cerca del lugar donde se produjeron las dos últimas muertes--, y agredió a la anciana.
Al parecer, golpeó a la víctima en la cabeza y la intentó estrangular. La anciana quedó inconsciente, por lo que la presunta agresora podría haber pensado que ya estaba muerta.
Poco después, la agredida se recuperó levemente y pudo avisar con su dispositivo de llamada de emergencia. La mujer no vivía sola, pero en aquel momento no había nadie con ella.

LOS MOSSOS EXTREMAN LA VIGILANCIA.
Esta agresión llega después de haber encontrado ya otras tres ancianas fallecidas en circunstancias similares. El primer caso sucedió el pasado 10 de junio, cuando una mujer de 83 años apareció muerta con signos de violencia en su domicilio del número 2 de la Via Júlia del distrito de Nou Barris, donde vivía sola.
Un familiar de la víctima encontró el cuerpo sin vida en el suelo del salón con signos evidentes de haber muerto de forma violenta, aunque, en principio, se descarta el robo como motivo de la muerte porque la cerradura no estaba forzada.
La fallecida, Josefa C.V., de 83 años y nacida en Barcelona, acostumbraba a visitar a este familiar cada tarde y, al no hacerlo ni contestar al teléfono, esta persona decidió ir a buscarla a su domicilio. Este familiar, que tenía una copia de las llaves, fue quien avisó a los servicios de emergencia, que alertaron a los Mossos.
El pasado viernes, 30 de junio, apareció muerta en circunstancias similares en su piso del número 233 de la calle Villarroel, en el barrio del Eixample, otra mujer, de 95 años. Finalmente, el pasado domingo encontraron el cadáver de otra anciana, Maria S.R., de 76 años, en su piso del número 233 de la calle Muntaner, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi.
Desde el primer momento, los Mossos sospechan de una mujer, aunque todavía no está identificada. La sospechosa contacta con sus víctimas en la calle, parques o iglesias con cualquier pretexto, diferente cada vez. Se gana su confianza y el mismo día, o días más tarde, según el caso, la víctima le deja entrar en su casa, donde se produce la agresión, presumiblemente un estrangulamiento.
Por el momento se considera que el robo no es el móvil principal de la sospechosa, una mujer de entre 45 y 55 años de edad, morena, probablemente de origen suramericano, con el cabello corto, complexión robusta y 1,60 metros de altura, aproximadamente

ABC. 3 DE JULIO DE 2006.
Los Mossos d'Esquadra buscan a una mujer de entre 45 y 55 años que presuntamente ha asesinado a tres ancianas en menos de un mes en sus domicilios de Barcelona, a dos de ellas en los últimos tres días, ha informado la Policía Autonómica.
La presunta asesina, que habría matado a las ancianas tras ganarse su confianza y acceder a sus viviendas, podría ser también la autora del asesinato ocurrido el pasado 10 de junio en el barrio barcelonés de Nou Barris, donde fue hallada muerta Josefa C.V., de 83 años.
La policía sospecha que esa misma mujer es la que el pasado viernes y ayer mató a otras dos ancianas de 95 y 76 años, que como la primera, vivían solas, en sus pisos del barrio del Eixample de la capital catalana, aunque los Mossos han puntualizado que los tres crímenes no se pueden atribuir con absoluta certeza a la presunta homicida.
 Según fuentes próximas a la investigación, la Policía Autonómica barajan distintas hipótesis sobre el móvil de la serie de crímenes, aunque de momento el robo no es la más creíble de ellas, ya que en principio no se han echado en falta objetos de valor o dinero en las viviendas de las asaltadas. Las ancianas murieron de forma similar, al parecer golpeadas y estranguladas, lo que constituye uno de los principales indicios de que los crímenes fueron cometidos por una misma persona, que debió entrar en las casas por voluntad de las ancianas, dado que la puerta de sus domicilios no fue forzada.
Según las hipótesis que baraja la policía, la asesina habría contactado en la calle con las víctimas y, con una excusa distinta en cada caso, consiguió ganarse su confianza. El mismo día en que establecía contacto con la anciana, o bien unos días después según los casos, la asesina conseguía que la víctima le permitiera entrar en su domicilio y, una vez allí, las agredía hasta acabar con su vida.

 Asesinatos en fin de semana
La primera de las ancianas, Josefa C.V., de 83 años, fue hallada muerta la noche del sábado 10 de junio en su piso del distrito barcelonés de Nou Barris por un familiar que acudió a su domicilio, extrañado porque no había ido a una visita que solía hacer cada fin de semana y no contestaba al teléfono. Las otras dos mujeres también fueron asesinadas en fin de semana: una de ellas, de 95 años, el pasado viernes en su piso de la calle Villarroel de Barcelona y la otra, de 76, en su domicilio de la calle Muntaner, muy próxima a la anterior.
Los Mossos d'Esquadra han hecho un llamamiento a los ciudadanos, especialmente a las ancianas y a los vecinos y allegados de personas mayores que vivan solas, para que estén pendientes de cualquier comportamiento sospechoso como el descrito por parte de una mujer desconocida.
Además, la policía ha solicitado a los ciudadanos que faciliten toda la información que pueda ser útil para la investigación de este triple crimen, que permanece bajo secreto de sumario, telefoneando al número 088 de los Mossos d'Esquadra. Los agentes están entrevistando a los vecinos y familiares de las ancianas fallecidas para saber si en los últimos días las han visto en compañía de una persona desconocida y disponer así de una descripción que permita identificar a la presunta asesina.

20 minutos. 3 de Julio de 2006.
La policía busca a una mujer por el asesinato de tres ancianas en Barcelona
Las habría matado en menos de un mes.
Se ganaba su confianza para acceder a sus viviendas.
Los Mossos d'Esquadra buscan a una mujer de entre 45 y 55 años que presuntamente ha asesinado a tres ancianas en menos de un mes en sus domicilios de Barcelona, a dos de ellas en los últimos tres días, ha informado la Policía Autonómica. Los tres crímenes no se pueden atribuir con absoluta certeza a la presunta homicidaLa mujer buscada, que habría matado a las ancianas tras ganarse su confianza y acceder a sus viviendas, podría ser la autora del asesinato ocurrido el pasado 10 de junio en un domicilio del barrio barcelonés de Nou Barris, donde fue hallada muerta Josefa C.V., de 83 años.
La policía sospecha que esa misma mujer es la que el pasado viernes y ayer mató a otras dos ancianas de 95 y 76 años, que como la primera, vivían solas, en sus pisos del barrio del Eixample de la capital catalana, aunque los Mossos han puntualizado que los tres crímenes no se pueden atribuir con absoluta certeza a la presunta homicida.

 Posibles móviles
Según han explicado fuentes próximas a la investigación, la Policía Autonómica baraja distintas hipótesis sobre el móvil de la serie de crímenes, aunque de momento el robo no es la más creíble de ellas, ya que en principio no se han echado en falta objetos de valor o dinero en las viviendas de las asaltadas.
Las ancianas murieron de forma similar, al parecer golpeadas y estranguladas, lo que constituye uno de los principales indicios de que los crímenes fueron cometidos por una misma persona a las que las víctimas franquearon la puerta de sus casas voluntariamente, dado que la puerta de sus domicilios no fue forzada.

 Se ganaba su confianza
Según las hipótesis que baraja la policía, la asesina habría contactado en la calle con las mujeres y, con una excusa distinta en cada caso, consiguió ganarse la confianza de sus víctimas.
Los Mossos d'Esquadra han solicitado a los ciudadanos que faciliten cualquier tipo de informaciónEl mismo día en que establecía contacto con la anciana, o bien unos días después según los casos, la asesina conseguía que la víctima le permitiera entrar en su domicilio y, una vez allí, las agredía hasta acabar con su vida.
La primera de las ancianas, Josefa C.V., de 83 años, fue hallada muerta la noche del sábado 10 de junio en su piso del distrito barcelonés de Nou Barris por un familiar que acudió a su domicilio, extrañado porque no había ido a una visita que solía hacer cada fin de semana y no contestaba al teléfono.
Las otras dos mujeres también fueron asesinadas en fin de semana: una de ellas, de 95 años, el pasado viernes en su piso de la calle Villarroel de Barcelona y la otra, de 76, en su domicilio de la calle Muntaner, muy próxima a la anterior.

Colaboración ciudadana
Los Mossos d'Esquadra han hecho un llamamiento a los ciudadanos, especialmente a las ancianas y a los vecinos y allegados de personas mayores que vivan solas, para que estén pendientes de cualquier comportamiento sospechoso como el descrito por parte de una mujer desconocida.
Además, la policía ha solicitado a los ciudadanos que faciliten toda la información que pueda ser útil para la investigación de este triple crimen, que permanece bajo secreto de sumario, telefoneando al número 088 de los Mossos d'Esquadra.
Los agentes están entrevistando a los vecinos y familiares de las ancianas fallecidas para saber si en los últimos días las han visto en compañía de una persona desconocida y disponer así de una descripción que permita identificar a la presunta asesina

ANEXO 2
ELMUNDO. 5 Julio 2006.
 BARCELONA.- Los Mossos d'Esquadra han detenido en el centro de Barcelona a la presunta asesina en serie de al menos tres ancianas en las últimas tres semanas en Barcelona, según han informado fuentes de la policía autonómica.
La presunta asesina ha sido identificada como Remedios S.S., nacida en A Coruña hace 48 años y domiciliada en Barcelona, según fuentes de la investigación.
La mujer fue detenida pocos minutos antes de las 21.00 horas del martes cuando abandonaba un salón recreativo en la confluencia de la Diagonal con el Paseo de Gracia.
Los Mossos d'Esquadra han solicitado esta mañana autorización judicial para registrar el domicilio de la arrestada, que además de asesinar a tres mujeres, podría haberlo intentarlo con otras cinco en el último mes.
Según informaron fuentes de la investigación, la mujer aún no ha sido interrogada, a la espera de que los investigadores puedan practicar el registro de su vivienda, situada en el norte de Barcelona, en una zona limítrofe entre Nou Barris, Sant Martí y Sant Andreu. Los investigadores esperan interrogar a la mujer para poder preguntarle acerca de los objetos que puedan encontrar en su casa.
Según ha informado el intendente jefe de los Mossos d'Esquadra en Barcelona, Joan Miquel Capell, la presunta asesina en serie habría cometido desde el pasado 18 de junio dos agresiones a ancianas de entre 70 y 87 años en el barrio de Sant Andreu, una tercera en Gracia y otra en Ciutat Vella.
También se sospecha que es la autora del ataque que sufrió el lunes en su domicilio de la calle Urgell del barrio barcelonés del Ensanche una mujer de 84 años a la que la homicida golpeó supuestamente hasta dejarla desfallecida y a la que habría abandonado al presumir que estaba muerta.
Los Mossos d'Esquadra investigan también si la asesina en serie es responsable del homicidio de otra anciana de 84 años, que fue hallada muerta el pasado 27 de junio en su piso de la calle Enric Granados de Barcelona y que, en un principio, se creyó que había fallecido por una parada cardíaca.
El intendente Capell ha informado de que ayer por la tarde el cadáver de esta víctima había sido exhumado para poder practicarle una segunda autopsia que contraste los datos de los que disponen los investigadores.
La detenida, que pasó la noche en las celdas de la comisaría central de los Mossos en la Travessera de Les Corts, llevaba una vida aparentemente normal, trabajaba en un bar del centro de Barcelona, está separada y tiene dos hijos. Remedios S.S., que cumplirá 49 años el próximo día 22, nació en la parroquia coruñesa de Dormeá.

 Se ganaba la confianza de las víctimas
La presunta asesina siempre actuaba de la misma forma, se ganaba la confianza de sus víctimas, normalmente en plazas, mercados o iglesias y con cualquier excusa, pedir agua o llamar por teléfono, subía al domicilio de las ancianas tras asegurarse de que viven solas.

      En un momento de descuido, las tiraba al suelo, les tapaba la boca para que no gritaran y las asfixiaba utilizando cualquier trapo o cuerda que encontrase en la casa.
"Al tratarse de personas de avanzada edad se les produce una parada cardiorrespiratoria, que es la causa de la muerte", ha explicado el intendente, que ha dicho desconocer el móvil de la presunta asesina debido a que en algunos casos han desaparecido cosas de la casa pero en otros no.
Fuentes de la investigación explicaron a EL MUNDO que "todo apunta a que se trata de una psicópata" que, como en la mayoría de los casos de asesinatos en serie, atacaba a las víctimas más indefensas.
 Para lograr detener a la sospechosa, la Policía ha trabajado con esta fotografía y la descripción facilitada por algunas víctimas supervivientes.
La detenida tiene el cabello de color caoba oscuro, complexión fuerte y una lesión cutánea en la mano derecha. Presenta un hematoma o herida en el ojo derecho debido a un golpe que recibió el pasado 25 de junio. La mujer siempre iba vestida con una falda por debajo de las rodillas y llevaba una bolsa de mano de tamaño medio con una pequeña botella de agua dentro.
Los patrulleros de los Mossos han trasladado a comisaría a 23 mujeres cuyo aspecto coincidía con esta descripción, aunque no fue hasta cerca de las 21.00 horas cuando los agentes arrestaron a la sospechosa.

ELPAIS.es - España - 05-07-2006
Los Mossos d'Esquadra han detenido esta noche a una mujer sospechosa de haber matado a tres ancianas en las últimas tres semanas en Barcelona. Además de estos tres crímenes consumados, la policía autonómica investiga su posible implicación en otra muerte que, de confirmarse, sería su cuarto homicidio. Pero esta asesina en serie ha intentado matar al menos en otras cinco ocasiones, la última de ellas anoche. Las víctimas se salvaron, según han informado a este periódico fuentes de la investigación, al perder el conocimiento, lo que hacía creer a la homicida que ya estaban muertas.
La presunta asesina, que está siendo interrogada en la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Les Corts, ha sido detenida poco antes de las 21.00 en el barrio del Eixample barcelonés, donde ha cometido la mayor parte de sus ataques. Según ha informado el intendente jefe de los Mossos d'Esquadra en Barcelona, Joan Miquel Capell, la presunta asesina habría cometido desde el pasado 18 de junio tres asesinatos -en las calles Via Júlia, Villarroel y Muntaner-, y cinco agresiones. Además, la Policía catalana apunta a que la sospechosa podría haber matado a una cuarta mujer de 84 años en la calle Enric Granados estrangulándola o golpeándola. Aunque en un principio se determinó que había muerto por causas naturales, ayer por la tarde se le realizó una segunda autopsia para poder descubrir si en realidad murió de forma violenta. Y todos estos crímenes en menos de tres semanas.
Según los investigadores, nunca habían visto "una homicida capaz de actuar tan seguido". De los intentos de asesinato, dos los perpetró contra ancianas de entre 70 y 87 años en el barrio de Sant Andreu, una tercera en Gracia y otra en Ciutat Vella. Su última tentativa de matar se produjo el lunes por la noche en el barrio de Eixample. Según ha informado la Cadena SER, este intento de asesinato se produjo poco antes de las 23.00 del lunes cuando la sospechosa entró en un piso del número 85 de la calle Urgell, en el barrio del Eixample -cerca del lugar donde se produjeron las dos últimas muertes-, y agredió a una anciana de 84 años. La golpeó en la cabeza y la intentó estrangular. La anciana quedó inconsciente, por lo que la agresora creyó que ya estaba muerta y se marchó. Después, la agredida volvió en sí y pudo avisar a los servicios sanitarios con su dispositivo de llamada de emergencia.

 El 'modus operandi'.
Los Mossos d'Esquadra hicieron ayer un llamamiento a todas las mujeres mayores de 70 años que viven solas en Barcelona a que desconfiaran de cualquier mujer que quisiera ganarse su confianza tras constatar la similitud de tres homicidios cometidos en apenas 21 días.
La última víctima, que no vivía sola pero sí lo estaba en el momento de la agresión, está ingresada en el Hospital Clínic, aunque su vida no corre peligro. Según ha explicado el intendente Capell, la asesina siempre actúa de la misma forma: se gana la confianza de sus víctimas, normalmente en plazas, mercados o iglesias y, tras asegurarse de que viven solas, sube al domicilio de las ancianas con cualquier excusa, como pedir agua o llamar por teléfono. En un momento de descuido, las tira al suelo, les tapa la boca para que no griten y las asfixia utilizando cualquier trapo o cuerda que encuentre.
"Al tratarse de personas de avanzada edad se les produce una parada cardiorrespiratoria, que es la causa de la muerte", ha añadido el intendente, que ha admitido desconocer el móvil de la asesina debido a que en algunos casos han desaparecido cosas de la casa pero en otros no. Capell, que ha comparecido poco antes de que la sospechosa fuese arrestada, se ha amparado en el secreto del sumario decretado por el juez para no revelar detalles de la investigación, en la que han trabajado más de 200 agentes, además de todos los patrulleros de la ciudad, que disponían de una foto de la sospechosa algo difusa, tomada por una cámara de videovigilancia cuando iba acompañada de una de sus víctimas. Además, la policía contaba con la descripción, facilitada por las supervivientes.
La detenida ha sido trasladada a la comisaría de Les Corts y ha sido identificada como Remedios S.S. La mujer siempre iba vestida con una falda por debajo de las rodillas y llevaba una bolsa de mano de tamaño medio con una pequeña botella de agua dentro. Los patrulleros han trasladado hoy a comisaría a 23 mujeres cuyo aspecto coincidía con esta descripción, aunque no ha sido hasta cerca de las 21.00 cuando los agentes han arrestado a la sospechosa.

ANEXO 3
 LA VOZ DE GALICIA. Jueves, 6 de Julio de 2006
«Ahora estaría tomando un café tranquilamente sentada en una de esas mesas, como hacía siempre», afirma Maruja, la dueña del bar para el que trabajaba Remedios Sánchez, la presunta asesina en serie detenida el pasado martes en Barcelona. Como Remedios, Maruja y su marido Jaime también son gallegos, de Pedrafita do Cebreiro (Lugo). Precisamente, llamaron Cebreiro al bar que tienen en mitad de la calle Balmes, una de las más céntricas del barrio del Eixample y desde la que quedan muy cerca la mayoría de los domicilios de las víctimas encontradas en las últimas tres semanas.
Ni sus jefes, ni sus compañeros de trabajo, ni los clientes del bar daban crédito a lo que escucharon en las noticias la mañana de ayer: la Reme acusada de asesinato. «Era una persona buenísima, muy maja, en la vida lo hubiera pensado. Era muy equilibrada y tranquila. Podías hablar con ella de cualquier cosa. Cuando Jaime me enseñó su foto en el periódico pensé que se habían equivocado», afirma Sandra, una joven clienta que trabaja en una agencia de viajes cercana y que frecuenta el bar dos o tres veces al día.
Sandra estaba sorprendida pero a Maruja la noticia la había destrozado. Ante las preguntas de los curiosos defendía a su cocinera a capa y espada llena de entereza: «Era la trabajadora más noble que he tenido en los 35 años que llevo en la hostelería. Nunca le pesó la faena, nunca tuvo un mal gesto en estos dos años y medio». Pero cuando las clientas de toda la vida se acercaban para darle dos besos y ofrecerle su consuelo se desmoronaba no pudiendo contener las lágrimas. «No he tenido una bronca con ella, nunca tenía prisa por salir, si podía hacer dos cosas, hacía tres. No lo entiendo. Ojalá fuera mentira». No era la única. Según cuenta su marido, alguna de sus clientas tampoco pudo esconder su tristeza y su incomprensión. «Era amiga de todos», afirma, «incluso, los mossos de la comisaría de aquí al lado la querían un montón».

Familia numerosa
Remedios Sánchez abandonó Cristovo de Dormeá, en Boimorto, cuando tenía dieciséis años de edad. Era miembro de una familia numerosa con una situación muy precaria y que eran muy queridos en el lugar. Se trasladó a Barcelona, se casó y tuvo dos hijos gemelos. Hace cuatro o cinco años, según relató la propia Remedios al dueño del bar Cebreiro, cuando sus hijos tenían unos 20 años, se separó y los chicos se quedaron con el padre. Tuvo una relación con otro hombre, tras la que se vio obligada a vivir en una casa de acogida. «Ella venía como clienta a otro bar que tenía en el Eixample», recuerda Jaime, «y allí me contaba sus penas. En una ocasión me pidió trabajo para una amiga suya árabe y poco después me lo pidió para ella. La contraté». Maruja y Jaime supieron por ella que hace unos dos meses se había separado de una tercera pareja con la que estaba y se había hecho cargo de la hipoteca del piso que los dos habían adquirido en el barrio de San Andrés».
Nadie de su entorno notó ninguna alteración en su carácter en las últimas semanas. Como todos los días llegaba antes de las 6.30 y se quedaba hasta más de las 17 horas charlando con el personal y los asiduos del establecimiento, aunque su labor ya hubiera terminado. Nadie advirtió nada raro. La herida que tenía en una de las manos y que sirvió para identificarla se la había hecho en el mismo bar limpiando una de las planchas de cocina. Y aunque en los medios se aventuró una posible adicción al juego, nadie del bar estaba enterado. Para ellos, la Reme que conocen nada tiene que ver con la asesina descrita.

 LA VOZ DE GALICIA. 20/07/2006
 La Reme no mató a las ancianas para robarles, según el sumario.
El sumario del caso de la Reme, Remedios Sánchez, la gallega de Boimorto acusada de haber asesinado a cuatro ancianas en Barcelona, parece probar de modo definitivo que la serie de crímenes encadenados entre el 10 de junio y el 2 de julio se debió a un brote de violencia cuyas motivaciones son de orden estrictamente psiquiátrico: el robo se ha descartado como móvil principal de los asesinatos.
 Es cierto que la presunta homicida se llevó algún dinero, tarjetas de crédito, joyas y otros objetos de valor de los pisos de sus víctimas. Sin embargo, tanto los investigadores del caso como el propio contenido del sumario han hecho ver que el robo era un acto más circunstancial que premeditado por parte de la asesina en serie.
 Esta tesis se sostiene básicamente sobre el hecho de que Remedios no revolvía los pisos en busca de sumas importantes de dinero o de objetos más valiosos. Simplemente se llevaba lo que tenía a su alcance de modo sencillo, a pesar de que siempre llegaba un momento en el que su víctima estaba a su merced -inconsciente en algunos casos, muerta en otros- y a que disponía de tiempo. Así, pese a recoger algunas cantidades que gastaba en bingos y salones de juego, las circunstancias de sus entradas en los domicilios de las ancianas no revelan una actitud codiciosa, sino un acto más bien impulsivo, achacable a unas razones que tendrán que discernir los psiquiatras.
 El Juzgado número 16 de Barcelona, que se encarga de la instrucción del caso, levantó el martes el secreto sumarial, que ayer trascendió por diversos medios. Mientras tanto, de todos modos, la investigación permanece abierta: la policía sigue indagando en muertes anteriores a las ya atribuidas a Remedios, ante la posibilidad de que pudieran estar relacionadas con el caso. De hecho, hay decenas de objetos encontrados en el piso de la gallega, robados en los domicilios de las víctimas, que no han sido identificados por las familias. «Está previsto que se haga una exposición pública de esos objetos, en cuanto el juez dé su autorización», confirmó ayer a La Voz un portavoz policial.
 A la espera de que aparezca algún otro hecho violento en el que pudiera haber participado Remedios Sánchez, el sumario recoge las pruebas por las que se le atribuyen cuatro asesinatos consumados (ocurridos los días 10, 27 y 30 de junio y el 2 de julio), otros cinco homicidios frustrados (los días 18, 20, 24 y 25 de junio y el 3 de julio) y nueve robos con violencia.

 Se niega a declarar
 Remedios Sánchez fue detenida el 4 de julio, el día siguiente a su última agresión, mientras jugaba en una tragaperras en una sala próxima al paseo de Gràcia. Desde su puesta a disposición judicial, la presunta asesina permanece ingresada en el módulo psiquiátrico de una cárcel situada en la periferia de Barcelona. Hasta ahora se ha negado a prestar declaración, tanto ante la policía como en instancias judiciales. Tampoco ha querido revelar detalles a su abogado, de modo que habrá que esperar para conocer las motivaciones que la movieron.

EUROPA PRESS. 6 de julio de 2006
 Vecinos de la presunta asesina de ancianas dicen que era "muy seria, que iba a lo suyo" y que frecuentaba poco el barrio.
 Los vecinos de la calle Mossèn Quintí Mallofré, donde vivía Remedios S.S., la presunta asesina de cuatro ancianas en Barcelona, aseguraron en declaraciones a Europa Press que "era una persona muy seria, que iba a lo suyo" y que "se la veía poco por el barrio" de Sant Andreu.
 Uno de los comercios donde solía ir más es una frutería que regenta Felisa Barragán, quien aseguró que "la veía una persona normal y corriente, no se veía nada extraña y me quedé de
Piedra cuando me enteré". Sin embargo, Barragán sí explicó que "siempre iba sola y llegaba tarde muchas veces, a las 11 o 12 de la noche". Por su parte, Esther Folgoso, propietaria de un comercio de ropa infantil explicó que "siempre que venía aquí lo hacía con un hombre, su pareja o su marido o quién fuera". Folgoso reconoció que la presunta asesina le compraba "algún regalo para algún amigo o familiar y me traía mucha ropa para hacer arreglos". Aunque coincidió en que Remedios "era una persona seria", reconoció que "no me lo esperaba, la vi en las noticias y llamé a los Mossos pero ya me dijeron que estaba detenida". Ana María Gallego, una vecina de la zona, afirmó que "sólo la conocía de vista, de coincidir en la tienda, pero la veía seria, una persona que no te llamaba para entablar una conversación o una amistad con ella". Como la mayoría de sus vecinos, Gallego se mostró "sorprendida de ver que alguien que ves casi a diario hace algo así".
 La detenida, que ayer fue acompañada por los Mossos d'Esquadra a su domicilio para proceder a registrarlo, aún se encuentra arrestada en las dependencias policiales de Les Corts y a la espera de pasar a disposición judicial probablemente mañana.

LA VOZ DE GALICIA. 09/07/2006
 Retrato de una asesina
 Cuando el dinero no le llegaba, se lo pedía a sus conocidos. Últimamente, la tenían que expulsar de los bares a la hora de cierre, porque ella seguía metiendo monedas en la tragaperras a la espera de un último premio
 Eran las nueve de la noche y Montserrat, de 84 años, estaba sola y tranquila en casa. Vivía en uno de esos pisos enormes, tan característicos del barrio del Eixample barcelonés, y alquilaba las habitaciones a los camareros del bar que un amigo suyo tenía a pocos metros de su casa. Ramón y Mary, que compartían el piso con ella desde hacía unos meses, no volverían hasta pasada la medianoche, ya que ese lunes hacían turno doble. Por eso, cuando a las nueve, escuchó el interfono contestó extrañada, no esperaba a nadie. Desde la calle una mujer muy amable le dijo que traía un paquete para una de sus vecinas que parecía no estar en casa, por eso, le pedía si le haría el favor de dárselo ella. Montserrat le abrió para que subiera. Ella misma se lo entregaría porque sabía que su vecina estaba pasando una mala época desde que recientemente perdió a un ser querido.
Cuando abrió la puerta de su domicilio se encontró ante la imagen de una mujer de mediana edad, de complexión fuerte y que mediría cerca de 1,60 cm. Llevaba una camisa blanca y una falda oscura como sus ojos y sus cortos cabellos. Con una dulce voz y un reconocible acento gallego, le volvió a repetir si le haría el favor de darle el paquete a su vecina al día siguiente por la mañana y le pidió si la dejaba entrar al lavabo. Montserrat confiada accedió. La desconocida entró al baño y tardó más de lo normal en salir. Cuando por fin se abrió la puerta del lavabo, Montserrat la esperaba en el comedor. De repente, la desconocida se abalanzó sobre ella y le golpeó con fuerza en la frente, haciéndola sangrar abundantemente. Después cogió una toalla y la intentó estrangular. Montserrat sentía como se ahogaba, no podía respirar y perdió el conocimiento pensando que su hora había llegado de aquel modo tan brutal.

Alarma en el cuello
La anciana pasó más de una hora tendida en el suelo sobre un charco de sangre, mientras, su agresora, recaudaba su botín por todas las habitaciones de la casa. Cuando Montserrat recuperó el conocimiento accionó la alarma de socorro que llevaba colgada del cuello por si le pasaba algo estando sola. Para cuando los servicios de emergencia llegaron a su casa, la agresora, que más tarde la víctima identificó ante los Mossos de Escuadra como Remedios Sánchez, ya estaba lejos del lugar del crimen.
A la mañana siguiente, martes 4 de julio, antes de las 6.30 de la mañana, como cada día, Remedios, de 49 años y nacida en Boimorto (A Coruña), ya estaba ante la puerta del bar donde trabajaba desde hacía dos años y medio. Sus jefes, un matrimonio también de emigrantes gallegos, abrieron el establecimiento e iniciaron la rutina diaria, sirviendo desayunos en una de las calles más céntricas de la Ciudad Condal. Sus primeros clientes comenzaron a llegar, miembros de la Policía Nacional que trabajaban en la comisaría situado a unos metros del bar. Adoraban las tapas y los bocadillos, como casi toda la clientela, de aquella gallega agradable y simpática.
Tras pasarse horas en la cocina, al mediodía no podía ocultar el cansancio mientras compartía la comida con una de las clientas habituales. Vanessa, que trabajaba en un local de belleza próximo, al verla tan cansada le preguntó si le pasaba algo. La cocinera tan sólo comentó que hacía días que no dormía. Terminó de comer y continuó con la faena. Cuando acabó, a eso de las cinco de la tarde, tomó un café tranquilamente charlando con los clientes y con el personal del bar. Igual que cada día. Manuel y Maruja, sus jefes estaban muy contentos con ella. Era muy noble en el trabajo y nunca tenía prisa por salir. Remedios les estaba muy agradecida desde que la habían contratado dos años atrás, cuando estaba sin trabajo y viviendo en una casa de acogida. La última pareja que había tenido tras separarse de su marido no resultó como ella esperaba. Estaba sola. Poca relación tenía ya con sus hijos gemelos mayores de edad desde que los dejó junto con su padre y el piso en el que habían vivido juntos más de 20 años.
No se podía imaginar la muchacha adolescente que dejó la aldea de O Cando en busca de mejores oportunidades los derroteros por los que seguiría su vida. Ella y sus once hermanos eran demasiadas bocas a alimentar para unos caseiros que trabajan tierras ajenas. Así que decidió emigrar a la capital catalana en la que encontró trabajo como cocinera, marido e hijos. Sin embargo, su vida no le satisfacía. Tan sólo encontraba desahogo y placer jugando. Las máquinas tragaperras y el bingo eran su refugio. Cuando el dinero no le llegaba pedía préstamos a sus conocidos que luego no podía devolver.

Una adicción oculta
Se avergonzaba de su adicción por eso, ahora, en el bar, aunque la tentación era grande jamás cayó echando una moneda en la tragaperras que podía ver y escuchar constantemente desde la cocina. Sabía que en cuanto saliese de allí podría ir a uno de los bingos o salas de recreativos cercanos, antes de volver a su barrio, San Andreu, donde tampoco querían que la viesen jugando. Sólo lo hacía cuando no lo podía evitar. Como aquella noche, hace unos meses, en la que la dueña del bar Las delicias, situado en una calle muy próxima a la de su vivienda, la tuvo que echar para poder cerrar, sin dejar que pudiese ver el fruto de todo lo que había estado metiendo en la tragaperras. Desde aquél día, no podía mirarla a la cara cuando se cruzaban por la calle.
Al igual que se avergonzaba de su ludopatía, también lo hacía de su vida. Ricardo, dueño de una frutería situada a unos metros de su vivienda que la gallega frecuentaba, la cogió en un renuncio del que los dos jamás hablaron después. Cuenta el frutero que a pesar de que solía ser bastante callada y mantener una expresión seria, en una ocasión le dijo que era dueña de un bar en la calle Balmes. Un día, casualmente, Ricardo tuvo que ir a poner en regla los papeles de un conocido a la comisaría de la Policía Nacional localizada en Balmes. Cuando salió decidió tomarse un café en el bar de al lado. El bar Cebreiro. Nada más entrar y mirar hacia la cocina situada al fondo la vio. Allí estaba la Reme, como era conocida, ante la plancha de la cocina. Lo miró y se sonrojó, él intento saludarla pero no le dirigió la palabra. También cuenta a una vecina de Dormeá, su parroquia natal, que en una de las veces que viajó de vacaciones a su tierra, Remedios le había dicho que trabajaba como servicio doméstico por Johan Cruyff, el famoso jugador y entrenador de fútbol.
Pero contaba con recursos. Aunque no pudo sacar dinero con la tarjeta de crédito de la anciana que había intentado asesinar la noche anterior, pagaría con ella directamente en los bingos. En los que la dejasen entrar, ya que no era la primera vez que se lo prohibían por formar parte de los ludópatas habituales.
Se pasó toda la tarde jugando hasta que a las nueve de la noche una pareja de los Mossos la interrumpió mientras estaba en una de las máquinas de un salón recreativo del Eixample. La habían descubierto, habían averiguado que ella era la culpable de las agresiones que sufrieron al menos 8 ancianas, tres de ellas mortales. Reaccionó sin alterarse, sin sorprenderse, como si de algún modo estuviese esperando ese momento. Cuando llegó a la comisaría no se inmutó ante los flashes y las cámaras de televisión. Le daban igual. Todo le daba igual. Eso sí, no se iba a rendir. No diría una palabra.